Mitos de consumir local: Desmitificando ideas erróneas
A menudo escuchamos decir que consumir local y comprar alimentos saludables resulta más costoso, sin embargo, hay que entender que comprar local y alimentarse saludable son decisiones que nos pueden reportar beneficios en el futuro. No solo esto, hay que entender las verdaderas razones por las cuales consumir alimentos industriales y productos importados desde otros países resulta más barato.
Hoy en día, existe una creciente preocupación por cuidar la salud del planeta. El calentamiento global ha dejado de ser un mito y se ha materializado en hechos que nos alertan: el aumento de la temperatura global, derretimiento de los polos, pérdida de la biodiversidad, la contaminación de los océanos y catástrofes climáticas. Todos éstos, sucesos que nos despiertan y nos llaman a tomar acción para cuidar nuestra naturaleza.
En este contexto, cada decisión de consumo conlleva un impacto significativo para el futuro de nuestro planeta y el de las futuras generaciones. En este sentido, abastecernos de forma local vendría a ser una solución con impacto positivo para nuestra salud, las de las comunidades, los animales y el planeta.
Primero que todo, para hacer un análisis de costo respecto a la producción, nos surge la siguiente interrogante:
¿De dónde provienen estos alimentos y productos?
Cuando buscamos la respuesta a esta pregunta, nos topamos con una realidad inquietante; realmente no conocemos el origen de los productos que consumimos.
Es por esta razón que en feriafo.com, te queremos invitar a explorar el origen de cada producto que consumes. Por ejemplo, cuando compramos productos que son manufacturados fuera de nuestro país, perdemos el rastro de las personas quienes fabricaron los artículos, y por ende, las condiciones de vida y prácticas laborales que llevaron al producto a tener determinado valor.
También perdemos el rastro del origen de las materias primas que son utilizadas y los procesos industriales que implica la transformación de dichos materiales en objetos nuevos. Es entonces que nacen nuevamente algunas preguntas:
De dónde obtuvieron las materias primas
Quienes las extrajeron
Se realizaron procesos contaminantes para crear estos objetos
Las personas que las hicieron recibieron una remuneración justa
Cómo se transportó estoY así podríamos seguir hasta el infinito.
Entonces, consumir barato significa -de una u otra forma- perder el rastro del proceso de fabricación, almacenamiento y transporte. Lo mismo sucede con los alimentos, cuando vamos a un supermercado y compramos nuestros alimentos: no tenemos cómo saber el recorrido que hizo dicho alimento para llegar a nuestras manos. Nuestra mente racional puede hacer la comparación en términos de precio respecto a un alimento industrial y uno orgánico, pero no hay manera de acceder al secreto de producción de este alimento.
¿ES QUE ACASO CONSUMIR LOCAL ES MÁS CARO?
Generalmente, los alimentos más baratos, son creados en grandes industrias, con los insumos más baratos, agregando aditivos químicos artificiales para prolongar su vida útil, grasas de mala calidad para aumentar calorías y azúcar y sales en niveles exagerados para darles sabor. Siguiendo la siguiente lógica de mercado: menor costo y mayor beneficio. Ahora, vale la pena preguntarse si estos productos realmente aportan en términos nutricionales para mi salud o si en realidad se trata de calorías vacías disfrazadas bajo un atractivo packaging.
Estos productos son fabricados en escalas industriales y con procesos altamente estandarizados, veloces y muchas veces contaminantes. Los envases de los alimentos, por lo general, responden a la misma lógica, por lo que no existe una verdadera preocupación por el cuidado del medio ambiente ni la salud de las personas, más bien, generar mayores ingresos en el menor tiempo posible es lo que prima en la ecuación.
Ni hablar de las largas distancias que muchas veces recorren los alimentos industriales y los productos importados desde China u otros países periféricos para llegar a nuestros hogares. O bien, del resto de los procesos que fueron necesarios para transformar las materias primas: desde los bajos sueldos que reciben los empleados, el impacto ambiental en términos de efecto invernadero en las fábricas, las prácticas extractivistas sobre la naturaleza y los combustibles fósiles que utilizan los aviones para el traslado, entre otros.
Ahora, fabricar productos saludables para las personas, los animales y el planeta, implica costos totalmente diferentes.
Primero que todo, hay que entender que son productos creados a pequeñas escalas humanas con insumos locales, hechos generalmente por comunidades de agricultores o personas que llevan adelante emprendimientos a escalas domésticas y practican el comercio justo.
Lo segundo, utilizan materias primas frescas, locales y estacionales, lo cual conlleva mayores precios si pensamos en una cadena de producción a escala humana donde son las comunidades las que recolectan y transforman las materias primas de forma manual.
Lo tercero, al ser trasladado dentro de nuestro territorio, implica una menor huella de carbono y también reduce la dependencia de las cadenas de suministros globales, lo cual disminuye la necesidad de transportes a largas distancias y emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, hay que comprender que los precios de los transportes son más bajos dependiendo del volumen de producción y en las producciones a escalas humanas, el volumen es menor, por lo cual los precios de traslado aumentan.
A PRODUCCIÓN AGRÍCOLA SOSTENIBLE Y REGENERATIVA
Respecto a la producción agrícola, los métodos respetuosos con el medio ambiente suelen llevar más tiempo y recursos para un resultado óptimo. Mientras las grandes industrias agrícolas utilizan monocultivos (cultivos de una sola variedad genética), agua en cantidades desmedidas, herbicidas y agroquímicos como el roundup para deshacerse de las plagas y sacar las cosechas en menor tiempo. Agroquímicos catalogados como dañinos para la salud, en niveles que la OMS los ha declarado “posiblemente cancerígenos”.
Cuando pensamos en alimentos que pueden deteriorar nuestra salud, estamos pensando en productos convencionales o agroindustriales. Según la Organización Mundial de la Salud, los residuos de pesticidas en los alimentos, pueden perjudicar la salud humana, provocando cáncer y/o enfermedades relacionadas con el sistema reproductivo, inmunitario o nervioso.
Mientras tanto, los agricultores que respetan el medio ambiente utilizan policultivos(varios cultivos) y rotación de cultivos para aumentar la materia orgánica y beneficiar los suelos. También controlan las plagas con métodos naturales, como lo son los corredores biológicos con plantas que atraen insectos benéficos y aves rapaces capaces de hacer frente a las plagas sin necesidad de agroquímicos.
Estos métodos agrícolas, conocidos como agricultura agroecológica, regenerativa u orgánica, aportan mayor valor nutricional a los alimentos, aumentando el nivel de antioxidantes y mejorando las características organolépticas de los mismos, promoviendo la salud de las personas, los ecosistemas y sobre todo, los suelos. En este sentido, los ecosistemas se ven directamente beneficiados, al aumentar la biomasa de los suelos y absorber mayores cantidades de C02 de la atmósfera para cosechas con mayor valor nutricional, libres de agroquímicos, labranza y monocultivos.
Todos los alimentos que emanan de la agricultura regenerativa están libres de químicos, por lo que sus cualidades nutricionales son superiores, ya que tienen grandes cantidades de vitaminas, proteínas y minerales, siendo aliados para fortalecer el sistema inmunológico y alimentar las células de nuestro cuerpo. Según un meta-estudio del British Journal of Nutrition, los alimentos orgánicos tienen un 69% más de antioxidantes que los alimentos convencionales, ayudando a eliminar los radicales libres y retrasando el envejecimiento del cuerpo.
EL CONSUMO LOCAL Y EL BIENESTAR SOCIAL A LARGO PLAZO
Al invertir en alimentos de origen local, estamos invirtiendo en nuestra salud en el largo plazo, contribuyendo directamente a la preservación de los recursos naturales y la mitigación del cambio climático. El consumo local también fortalece nuestras comunidades al apoyar a pequeñas empresas y crear empleos locales, creando economías bio-resilientes.
Esto fomenta la resiliencia económica y la autonomía de las regiones de nuestro país, reduciendo así la dependencia de las grandes corporaciones y promoviendo una distribución más equitativa de la riqueza.
Cada compra que hacemos es una oportunidad para promover un cambio positivo y dejar un legado de cuidado y responsabilidad ambiental para las generaciones futuras.
En feriafo.com, te invitamos a conocer nuestra amplia oferta de productos locales, recuerda que tu elección importa y consumir local es una apuesta ganadora para el futuro de todos.
Con cada compra que realices en feriafo.com, estarás aportando con la regeneración de nuestro ecosistema, ya que cada compra significa la plantación de un árbol nativo en el Sur de Chile.
Referencias:
● Organización Mundial de la Salud (OMS): Impacto de los Pesticidas
● Vía Campesina: Historia de la Agricultura
● British Journal of Nutrition: Beneficios de los Alimentos Orgánicos